martes, 22 de noviembre de 2011

EL PEZ AZUL

Cuando llegó a casa, el pez estaba flotando en la pecera. Lo cogió con el colador y lo tiró al cubo de la basura. Pensó en cómo decírselo a su hijo cuando volviera de clase de pintura. Seguro que se pondrá a llorar. Entonces se le ocurrió una idea. Salió a toda prisa camino del acuario. Al llegar se alarmó al ver tanto pez junto, pensaba que iba a ser más fácil identificar uno igual al de su hijo. Ese, me llevo ese, dijo señalando con el dedo a uno naranja.
Al sacarlo de la bolsita y verlo nadar en la pecera de casa se sintió satisfecho. Llegó su hijo al poco tiempo. Como cada martes, lo primero que hizo fue dar de comer a su amigo. El padre, mirando de reojo, imploraba al más allá. Ha colado, pensaba eufórico, ha colado.
Después de cenar, el niño se llevó el teléfono a su habitación para llamar a su madre.
   —Oye mamá, ¿tú por qué te separaste de papá?

5 comentarios:

  1. ...puede que por serle indiferente un pez u otro, o simplemente por daltónico...

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  2. ...y cuando digo 'pez', digo lo demás...
    ...por decir algo...

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  3. Lástima me da, el pobre dáltonico....
    Con la buena intención que hizo, lo que hizo.

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