Un pitido intermitente y molesto, con una cadencia cada vez más lenta, parecía taladrarle los tímpanos desde la mesilla. Después, el fugaz silencio se rompió con un pitido constante. Lo último que vio fue la cara de la enfermera entrando con precipitación en la habitación.
Alguien había dejado la ventana abierta. La ciudad desde aquí es maravillosa, pensó mientras subía, desnudo y etéreo.
Bella imagen , murió en paz.
ResponderEliminar...vete tú a saber...
ResponderEliminarMuy sugerente...
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, siempre nos queda eso, lo de la luz blanca.
ResponderEliminarEso dicen.
...espero que te sugiera cosas positivas, Dany...
ResponderEliminar...Kenit, espero que la apaguen para dormir...
ResponderEliminarMadre mía Rafa, menudos días llevas. Y no podías haber escrito sobre el pitido de un teléfono, o de un despertador?....
ResponderEliminar...me lo voy a hacer mirar...
ResponderEliminarVeo cosas positivas donde otras ven pesimismo. Para mí, todo lo sugerente es bueno e inspirador.
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