miércoles, 26 de diciembre de 2012

LA POSTAL

Estoy pasando unos días con Jane Austen y ha resultado ser una anfitriona estupenda. Lo tenía muy difícil, no creas, porque hasta hace poco he estado en la librería de Penelope Fitzgerald disfrutando de su exquisita repostería. En fin, estaré unos días por aquí dejándome mimar. Me va a dar pena marcharme, lo sé, pero Nikolai Grozni lleva tiempo insistiendo para que vaya a verle a Sofía. Creo que me quiere presentar a sus jóvenes talentos Te volveré a escribir desde allí.
 Un abrazo grande. R.

domingo, 23 de diciembre de 2012

SANTA CLAUS


Cuando yo era pequeño vi llegar a Santa Claus a mi casa. Estando ya a punto de dormirme escuché un ruido en el jardín. Me asomé a la ventana y allí estaba, entrando y saliendo, dejando sus grandes huellas en la nieve. Desperté entonces a mi hermano por si aquello era un sueño. Nos quedamos un rato viéndole trabajar muertos de excitación sin atrevernos a bajar. Nos volvimos a la cama cuando le vimos marcharse en su coche.
Al día siguiente, nos despertó una voz desconocida que hablaba con papá. Era un sargento de policía que estaba tomando declaración de todo lo que faltaba en casa. Había desaparecido nuestro vídeo Betamax recién comprado, el teléfono SONY sin cables que mi padre había traído de Nueva York y también un cuadro de la pared. Eso sí, los regalos del árbol seguían allí. Por eso, cuando el sargento, libreta en mano, me preguntó si había visto algo durante la noche, negué en silencio con la cabeza, no fuera a ser que le echaran la culpa al bueno de Santa.

jueves, 20 de diciembre de 2012

DEDICATORIA

La cola no era muy larga, de suerte que podía explayarme con las dedicatorias. Improvisaba según fuera el interesado en la firma. Cuando apareció ella frente a la mesa me quedé en blanco. Era preciosa. Estuve un buen rato jugueteando con el bolígrafo hasta que decidí escribir algo. Fue esto: 649547297.
Jamás me llamó.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA LLAMADA A MEDIA NOCHE

Las llamadas a media noche son terribles. Uno coge el teléfono temiéndose lo peor. Puede tratarse de algo muy bueno o algo muy malo, así, sin puntos intermedios. Esta noche me ha tocado a mí. Me acaban de llamar desde el otro lado del charco para decirme que me quieren. Ya no he podido volver a dormirme, así que estoy tranquilamente leyendo en la cama esperando que amanezca. A veces compensa hacer concesiones al insomnio.

martes, 18 de diciembre de 2012

YO Y LA AFINACIÓN

Mi ultimo trabajo del día de ayer fue un Steinway de principios del XX. Su propietaria resulto ser una abogada que acababa de llegar a casa muy cabreada después de pasar el día discutiendo con sus clientes en la cárcel. La afinación de un Steinway es algo más compleja de lo normal y para comprobar el resultado, improvisé algo casi sin pensar. Me salió el principio de uno de los Planetas de Holst, concretamente Júpiter. Ella se sorprendió, me miró, y luego me preguntó si sabía tocarla a cuatro manos.
Estuvimos un cuarto de hora dale que te pego, muslo contra muslo, desahogándonos y divirtiéndonos.
Al acabar, hicimos lo mismo en el sillón, ya sin música ni piano.

sábado, 15 de diciembre de 2012

LAS FOTOS IGNOMINIOSAS


El otro día, la hija de mi vecina simuló hacerme unas fotografías con una cámara vieja cuando yo llegaba a mi portal. Para seguirla el juego, posé delante de ella haciendo el idiota con la bolsa de la compra mientras la sacaba la lengua y bizqueaba. Hoy, su madre, avergonzada, ha bajado hasta mi piso y me ha dado un sobre con las fotos. Me ha jurado y perjurado que no tiene ninguna copia. Después ha aceptado una copa de vino y me ha enseñado su colección de cámaras antiguas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

EL BESO

El orden de los factores no altera el producto. Ella se enrolló primero y luego se enamoró. Yo ya estaba enamorado cuando me enrollé con ella.

lunes, 10 de diciembre de 2012

DORMIR CON LA BOCA ABIERTA

Lo que tienen los vuelos de más de diez horas es que te das cuenta de que el mundo se divide entre los que duermen con la boca cerrada y los que lo hacen con la boca abierta. Yo pertenezco al segundo grupo y siempre pienso que medio avión se va a reír de mi cara de estúpido. Es una sensación incómoda despertarte y cerrar la boca al instante, avergonzado. Hoy mismo he sentido envidia de la señora que iba delante de mí. Ella, dormida, parecía un ángel. Yo, en cambio, un fistro.