Gracias, María José, por tu carta. Para mí representa mucho.
Estimado Rafa:
Espero esté bien y en plena ebullición creativa.
He dejado pasar un par de días para escribirte y contarte las sensaciones que me ha producido la lectura de tu "Helmut".
Que su lectura se hace fácil y amena es un comentario que me imagino que es común a todos los que la hemos disfrutado.
Que es la historia de una obsesión dentro de otra , etc, tú mismo lo cuentas y lo explicas, pero creo que Helmut encierra más cosas que todos los pensamientos obsesivos del inconsciente colectivo.
Honestamente, me parece que es mucho más que eso. Has abierto la Caja de Pandora y allá cada cual cuando nos enfrentamos a su lectura...
Es una historia coral donde todos y cada uno de los personajes interpretan una sinfonía en la que todos son esenciales y tienen su relevancia. No sobra ni falta nada, ni nadie, y me asombra tu gran capacidad de conducirnos por el viaje obsesivo de Mauro para señalarnos que el resto también tienen las suyas propias, en mayor o menor medida, con mejor o peor desenlace, como todo el mundo.
En el viaje se agradece que nos lleves por la cotidianidad de las relaciones humanas, por las descripciones de paisajes urbanos y hasta de la naturaleza con tintes fantasmagóricos. Que nos recuerdes en qué mundo vivimos, cómo lo hacemos o dejamos de hacerlo perdiéndonos experiencias cuando tomamos decisiones acertadas o cometemos errores.
Que existen mundos diferentes y también mundos paralelos que no se diferencian mucho a la hora de las emociones y los sentimientos.
Que los sentimientos brillen por su ausencia, gélidos y blancos en un banco de un jardín de una casa austríaca o en esos parajes de lagos fríos y bosques húmedos, pero también que las emociones broten y salgan a relucir en las escenas erótico-festivas con un tono elegante que se agradece y además se disfrutan y se llegan a sentir en propias carnesss...
El fantasma de Helmut resucitado en el de Mauro me ha dejado totalmente con el estómago encogido.
Maravillosa la evolución de la sombra de la obsesión que crece y crece en Mauro y fagocita a Helmut para seguir siendo la misma en otro cuerpooo...¡qué miedo!...lo he pasado mal y me da mucha pena de que Mauro no sea capaz de crear por él mismo y que Ale deje de ser ella y deje de luchar por sus propios sueños y hacer su vida.
Resulta como la vida misma y a mí cada una de las historias dentro de la historia me resultan familiares y podría seguir y seguir hablando de lo que me provoca el mundo helmutiano que has creado en esta obra, pero da para rato y no quiero aburrirte con cosas que tú ya conoces y que tú mismo has creado para compartirla con los lectores.
Me da la impresión de que eres un puro artesano neorenacentista, porque sabes mucho y bien y lo disfrazas de novela urbana del siglo XXI, pero en ella hay recogido mucho conocimiento y sabiduría que sólo puede tener aquél que vive o al menos pretende hacerlooo...no sólo en un mundo, sino en variosss...
Una cosa curiosa personal que me ha pasado es ver que tanto tú como yo hemos coincidido en el uso del "moño a lo Audrey Hepburn". Yo lo utilicé en mi relato final del taller de escritura de Carmen y Gervasio y no había leido tu libro. ¡Curiosa coincidencia!...y otra que me ha chocado muchísimo es la del flashback de la historia de Helena Mortensen nombrando el lupanar de las SS nazis. En mi relato utilizo otro parecido sólo que de las Brigadas Intenacionales en el Ebro.
Una vez más me doy cuenta de que debe ser cierto que existe una "Memoria Colectiva" y que no existen las coincidencias.
También me encanta el amor por la música, por el cine, por la arquitectura, que dejas translucir en la historia, por los pequeños detalles, por mencionar la diferencia entre el amor y el sexo, entre otras cosas que ahora no me vienen a la memoria.
Las referencias de los políticos y personajes famosos como el Consejero, Aguirre, Bardem y Penélope nos recuerdan que vivimos en el aquí y ahora, pero el viaje al que nos invitas con Helmut va más allá del tiempo y el espacio.
Y bueno, ¿qué más te puedo decir?...que ya se me acaban las pilas, porque yo soy así...me dejo llevar por mi inspiración y como buena maña entro a saco y salgo como puedooo...
¡Felicidades, Rafa!, sinceramente.
He disfrutado tanto de la lectura de este libro tuyo que anoche intenté comenzar el último de Juan Marsé y no pude pasar de la primera página, porque me parecía de otra época. ¡Y que la Virgen del Pilar me perdone con este atrevimiento!, pero es que fue así.
Siempre he sentido que es un arte hacer creer a los demás que un libro parece fácil, porque ahí reside su dificultad. Hacer parecer fácil lo difícil es cosa de Maestros, y creo que si ya no lo eres, al menos estás en el caminooo...
¡Gracias, Rafa!, y espero tener la posibilidad de que algún día me lo firmes con dedicatoria incluida para romper el maleficio de Helmut de odiar a todo "quisqui" y querer aislarse de toda la parafernalia y la hipocresía que rodea el mundo de la creatividad que no es auténtico.
Lo veraz y bueno siempre permanece, y tu obra creo que lo hará...
Besicos mañosss...
Maria José
You're always Welcome, Rafa!
ResponderEliminarHa sido un placer leer tu "Helmut" y me enternece que hayas publicado mi carta.
Espero que sea el principio de una larga lista de lecturas de libros tuyos.
Ya tengo el Plan B en mi mesita de noche, pero como nos llevas por senderos trepidantes tanto mental como emocionalmente, mejor descanso unos díasss...
Merci beaucoup!,
Maria José
...siento tener tanta caradura, pero tu carta "lo pedía a gritos"... +besos...
ResponderEliminarQue te lean así, es una maravilla.
ResponderEliminar...mágico...
ResponderEliminarPerdón por la intromisión, pero os voy a contar un secreto a voces a los dos.
ResponderEliminarTengo una varita mágica guardada en un baúl que sólo funciona para los que son niños de corazón, zón, zón...
Hada Mariajo, jo, jo, jo...