viernes, 27 de enero de 2017

EL DÍA QUE LA CAGUÉ

No quiero volver a verte nunca más”. La cabrona lo dejo escrito en un puto pos-it y luego lo pegó en la nevera, junto al imán de nuestro viaje a Berlín, con recochineo, dando por saco, como siempre. Y encima con esa letra suya de médico internista que no hay dios que la entienda a la primera. No me jodas.
Uno tiene también su corazoncito y en un ataque de rabia cogí el móvil. ¿No dicen que romper una relación por whatssap jode mucho? “Pues que te follen”, escribí.
Luego, más calmado, conseguí descifrar lo que ponía debajo del pos-it: “La estrenan el viernes, ¿vamos?”.


jueves, 26 de enero de 2017

MEJOR NO APUESTO

Estoy ahí en medio. Soy el único que no lee la prensa, aquel que lleva su informe médico anual en las manos. El que mira sin apenas interés cada uno de los apartados, la mayoría de los cuales no sé lo que significan. Conocer la trascendencia del índice de saturación de transferrina o saber el tiempo exacto de tromboplastina parcial activada, no hacen que me sienta más o menos sano. Solo busco los asteriscos que los médicos colocan al lado de cada referencia en el caso de que los resultados estuvieran descompensados, bien por exceso o bien por defecto. La ausencia total de ellos no consigue hacerme más feliz de lo que soy. Pasada la analítica llegan los resultados de las biopsias, los diagnósticos endoscópicos, los electrocardiogramas, resonancias y todo eso. La confirmación de que mi estado de salud no tiene asteriscos no supone un punto de inflexión a partir del cual mi ánimo repunta. Pensar en qué pasaría conmigo en el caso de que algún asterisco malicioso se cruzara en mi camino es algo que no merece la pena. Pensar en posibles enfermedades es, para mí, una enfermedad en sí. Tal vez alguien debería ponerle nombre a esa patología. Siempre he evitado hacer estimaciones de posibilidades porque jugar con el futuro supone arriesgarse a que se cumpla lo que imaginas. ¿Para qué apostar?

miércoles, 25 de enero de 2017

IMPROVISANDO

Quité el precinto del cepillo de dientes y me cepillé más despacio y durante más tiempo del que suelo emplear. Quería retrasar lo máximo posible el momento en que me quedaba a solas con ella en aquel hotel del que no recuerdo ni el nombre. Apagué la luz del baño y salí a escena igual que los actores cuando entran en el escenario: aparentando una seguridad que no tienen. Solo que yo ni siquiera tenía papel.
Y siempre he sido muy malo improvisando...

lunes, 23 de enero de 2017

FUE EN HAMBURGO

La última vez que había estado con una mujer en la cama había sido unas semanas atrás, en Hamburgo, cuando fui a recoger un premio de la asociación de arquitectos. Era una mujer joven, de unos treinta años, de cuerpo muy cuidado, sonrisa fácil y corte de pelo difícil, atractiva según los cánones de las revistas de moda, sugerente según los míos.
Y muy cara...

miércoles, 18 de enero de 2017

ESA MIRADA

Nos acabábamos de levantar. Tenía una goma elástica en la muñeca. La sacó y con diestros movimientos mil veces realizados se hizo una cola de caballo, corta pero bailarina. Después me miró a mí. Masticaba. Mantenía en la mano una tostada con la muesca de su mordisco. De su café ascendía una fina espiral de humo blanco que cruzaba delante de sus ojos sin inmutarlos.
   -¿Qué piensas? -pregunté.
   -Nada.
Uno no puede mirar así y no estar pensando en nada. O eso al menos es lo que yo quería creer.

lunes, 16 de enero de 2017

LOS NERVIOS

La cocina estaba incorporada en el salón, así que a mi espalda oí como abría el grifo y se preparaba un café. Miré mi vaso vacío sobre la mesa con dos hielos aburridos en él. Lo rellené con un segundo whisky; no muy largo, pero tampoco corto.
En el salón había un par de butacas y alguna silla, pero al volver prefirió sentarse en el sillón en el que yo estaba. Nos encontramos de repente los dos mirando al fuego en silencio, ella con su café y yo con mi whisky. En un par de ocasiones hice girar los hielos con la punta del dedo y luego me lo chupé. Jamás había hecho eso. Jamás. Serían los nervios.

jueves, 12 de enero de 2017

DOS MESES DE DIARIO

Un día empecé a escribir un diario y al poco tiempo lo dejé porque me exigía ser demasiado sincero conmigo mismo.Comencé endulzando alguna decepción, después disimulé media docena de vicios y por último terminé por omitir todo aquello que detestaba de mí. La experiencia duró un par de meses y cuando lo dejé pensé que lo mejor era seguir haciendo lo mismo de siempre pero sin dejar constancia escrita de ello. Fue aquel día que me presenté en tu casa de madrugada, ¿recuerdas?, aquel que quisimos escribir en una servilleta nuestros objetivos para el año que acababa de entrar y no supimos qué poner...

martes, 10 de enero de 2017

PREGUNTAS DE TÍMIDO

No tengo recuerdos precisos de hacia dónde derivó la conversación, pero sí recuerdo la necesidad que ambos teníamos de no dejar que el silencio nos violentara, por lo que no pasaba mucho tiempo hasta que uno de los dos sacaba un nuevo tema. Generalmente lo hacíamos en forma de pregunta. Como buen tímido, siempre he sido bastante rápido encontrando preguntas y desalentadoramente lento  e inseguro desarrollando las respuestas, por lo que tiendo a buscar lugares de belleza apabullante por los que pasear para que sean ellos los que rellenes mis lagunas...