miércoles, 31 de octubre de 2012

MI VECINA



Mi vecina me ha pedido, por favor, que deje el piano. Dice que con cuarenta y seis años es imposible que aprenda. Ya no puede  soportar más escalas interminables ni arpegios imposibles. O lo dejas o me voy, me dijo hace un par de semanas.
La ventana de su habitación está enfrente de la mía y últimamente no cierra las cortinas a pesar de que sabe que la miro. Por eso, hoy viene un tipo a casa; ha respondido a mi anuncio y quiere comprarme el piano.

martes, 30 de octubre de 2012

MI CORTE DE PELO FRANCÉS


Este verano me corté el pelo en una peluquería del sur de Francia. La peluquera no sabía inglés y yo no hablo francés, de suerte que le expliqué lo que quería mediante gestos. Me vi a mí mismo reflejado en el espejo con una capa azul cielo sujeta al cuello haciendo movimientos extraños con las manos. Ella pareció entenderme, pero el resultado no fue el esperado. No me importó, la verdad, porque no paró de hablar mientras trabajaba. Y a mí, cuando me hablan en francés, se me ablanda el cerebro.

lunes, 29 de octubre de 2012

MI FOTOGRAFÍA EN EL CAFÉ BRÄUNERHOF

Cerré el libro y salí al andén como cada día. Iba pensando en mis cosas subido en las escaleras mecánicas cuando me di cuenta que me había confundido de estación. Miré el plano y comprobé que aquella no era ni siquiera mi ciudad. Salí a la calle y, en perfecto alemán con acento vienés, pregunté por el café Bräunerhof. Al pasar por un escaparate me vi reflejado y no me reconocí. Luego, al llegar al café, me vi en una fotografía que colgaba de la pared.
Café Bräunerhof, Viena. 

viernes, 26 de octubre de 2012

CHOCOLATE

En casa somos seis y dos gatos, y a ninguno le gusta el chocolate con naranja excepto a mí. No tengo que preocuparme; siempre que quiero lo tengo en la despensa, a nadie le interesa. Hoy, sin embargo, me he dado cuenta que alguien se ha comido media tableta.
Y todos lo niegan.
Ahora mi mujer ha salido al jardín para hablar por teléfono. Está inquieta y no parece darse cuenta de que está lloviendo.

jueves, 25 de octubre de 2012

EL SALMOREJO ES LO QUE TIENE

Era el padrino en la boda de mi mejor amigo y una pequeña mancha de salmorejo me estropeó la camisa durante el aperitivo. Fui al aseo muy cabreado. Colgué el chaqué en una puerta junto a la corbata y me quité la camisa. Con cuidado froté la mancha hasta que salió completamente. Mientras orientaba la tobera del secador de mano hacía la zona afectada, vi a través del espejo que alguien me observaba detrás de la puerta entreabierta. Al verme se fue corriendo. Era la hermana de la novia. 
El primer baile fue con ella. El último, ya en casa, también.

miércoles, 24 de octubre de 2012

SU CASA

foto: mía
Cuando salí de su casa miré hacia arriba. Estaba asomada sin decir nada, sólo mirando mi marcha. Con un beso se volvió a esconder y dejó la ventana abierta para ventilar el olor a culpa. Después yo, ya en el coche, comprobé mi estado antes de volver a la mía.

martes, 23 de octubre de 2012

SUEÑOS EN BLANCO Y NEGRO


La mitad del tiempo soy yo mismo; la otra mitad soy lo que dicen los prospectos de los antidepresivos.
 El caso es que soy yo mismo sólo cuando duermo, de suerte que los sueños son mis experiencias más reales. Ayer, sin ir más lejos, lo pasé en grande hablando con Sofía Loren en blanco y negro.

lunes, 22 de octubre de 2012

PRIORIDADES

Me acerqué a ella después de la rueda de prensa. Cuando llegué me miró de arriba a abajo y se disculpó porque prefería estar sola para terminar su artículo. Al mirar su cuaderno pude leer: arroz, café, vino, salmón ahumado, nata... 
Fue deprimente.

domingo, 21 de octubre de 2012

LAS RODILLAS DE SUSANNE

Siempre había querido conducir un Citroën Tiburón negro. Para hacerlo, robé uno cuando vivía en París. Me pasé todo el día dando vueltas por la ciudad recreándome en la mirada envidiosa de los peatones. Al llegar la noche, lo dejé aparcado en el mismo lugar de donde lo cogí y me fui a buscar a mi novia a pie. Trabajaba a media jornada como camarera en un pequeño bistrot de la rue Foniet. Salió aireando  su minifalda favorita y nos subimos en su Fiat Cincuecento rojo camino de su casa.
Sólo había una cosa que me hacía olvidar al gran Tiburón negro: el movimiento de piernas de Susanne cuando cambiaba de marchas.

viernes, 19 de octubre de 2012

LAS GEMELAS

Enamorarse de dos hermanas gemelas tiene delito; que las dos te correspondan supone ya complicarse demasiado. El caso es que los defectos de una eran las virtudes de la otra, con lo que sólo estando con las dos me sentía a gusto. Al principio nos hacíamos un lío, pero terminó siendo divertido... aunque agotador.

martes, 9 de octubre de 2012

EN EL TONY ROMA'S DE MAJADAHONDA

Los dos estudiamos ingeniería industrial. Durante el último curso nos comprometimos a trabajar en el Tony Roma's para poder irnos de viaje a Alemania durante los tres meses del verano.
Yo me pasé todo el año pensando en inmensas jarras de cerveza y salchichas pantagruélicas, me imaginé visitando el campo del Bayern y destrozando las camas en hoteles sin estrellas. Ella en cambio estuvo todo el curso mandando su curriculum a empresas de Munich.
Tuvo suerte y una la fichó. Yo, ya me ves, aquí sigo disfrazado de cowboy sirviendo costillares en la noche temática del western. Si vienes al Tony Roma´s de Majadahonda, pregunta por mí.

domingo, 7 de octubre de 2012

YO Y AQUELLA POETA

Durante un par de años viví con una mujer mucho mayor que yo, empeñada en costearme el taller donde yo pretendía ser artista. Era poeta, y por más que se lo pedí, jamás encadenó unos versos pensando en mí. Contigo sólo pienso en prosa, me decía siempre. Y debía ser así porque la primera novela que me dedicó, fue finalista del premio Sonrisa Vertical.
Fue una buena época aquella, la verdad.

martes, 2 de octubre de 2012

DOBLE SUEÑO

Yo, una vez, soñé que soñaba y me tuve que despertar dos veces para levantarme de la cama. La primera desperté en un sueño pensando que era la realidad. Fue desconcertante ver a Cate Blanchett prepararme el desayuno con un albornoz sin cinturón. Me dormí luego en el sueño para volver a despertarme, ahora sí, en mi vida. Olía a tostadas quemadas y el café se había salido.