viernes, 31 de enero de 2014

AQUEL BESO QUE CAMBIÓ MI VIDA

La primera vez que besé a Olaf fue en julio del año pasado, cuando le vi tirado en el suelo en plena Plaza de España, en Sevilla, rodeado de turistas. El boca a boca no fue suficiente para recuperarle del golpe de calor. La ambulancia le llevó diez minutos más tarde al hospital donde yo trabajaba de enfermera. Cuando despertó, fui a verle y me invitó a cenar.
Hoy vivo en Olso. Ahora mismo son las diez de la mañana y estamos a once bajo cero. Llevo mes y medio sin ver el sol. Olaf está en su estudio y yo voy camino de un bar español donde cada mañana hacen churros.

lunes, 27 de enero de 2014

EL 2Cv



Marie llevaba los pies en el salpicadero del 2 Cv, igual que hacía todo el mundo en cuanto se subían en él. El asiento del copiloto llevaba años roto, de manera que el respaldo no podía moverse y se había quedado bloqueado estando ligeramente inclinado hacia atrás. Tenías dos opciones: o te relajabas y terminabas por dormirte, o ponías los pies en el salpicadero y mirabas el cielo cuando le quitaba la capota. Nunca nadie consiguió dormir en aquella tartana, por lo que sólo quedaba la segunda opción: pensar en tus cosas con la mirada perdida. Era un coche dotado para el auto-psicoanálisis: todo el que se subía le daba por reflexionar sobre su vida, a veces, incluso, en voz alta.

martes, 21 de enero de 2014

ENTONCES ME ENAMORÉ

Aquella fue una época feliz. Yo solía medir la felicidad en función del calibre de los problemas. La ausencia total de los mismos hacía que disfrutara cada segundo de esa maravillosa sensación de falta de responsabilidades. Mi cabeza nunca ha estado preparada para la presión, siempre he sido algo inmaduro, y si bien con dieciocho años podría estar justificado, no así lo está haberlo sido también hasta bien avanzada la madurez. Pero supongo que uno es como es, y no puede modificar su personalidad por más que quiera.
Y yo, la verdad, no quería.
Vivía tan alejado de la realidad que un día me enamoré.

miércoles, 15 de enero de 2014

lunes, 13 de enero de 2014

AQUÍ Y AQUÍ

Sus abogados admitieron que nunca en sus dilatadas carreras profesionales habían visto una predisposición tan exquisita para que todo fluyera sin destemplanzas. La custodia quedaba compartida y ninguno puso objeciones ni trabas.
¿Dónde hay que firmar? Aquí, aquí y aquí.

La vida por separado no fue ni mejor ni peor, de hecho no distaba mucho de la que llevaban en común. Era tal su falta de conexión que apenas notaron diferencia. Cada uno era feliz a su manera, con la salvedad de que ya no compartían vestidor ni vaso para los cepillos de dientes

jueves, 9 de enero de 2014

JOHN MUHONEY III



John Muhoney III atendía detrás de la barra. Lo hacía como enfadado y tiraba la cerveza por obligación. Solía servir las pintas a sus clientes, después se secaba las manos en un trapo mugriento que llevaba siempre en el hombro y, poniendo las palmas en la barra, se quedaba allí esperando a que le dieran conversación. Apenas hablaba, sin embargo estaba en todas las conversaciones. Tenía los ojos pequeños debido a la escasez de luz y lucía uno de los bigotes más tristes de todo el condado de Gloucestershire. Para enfadarle y que nos dejara tranquilos, Flavio y yo hablábamos en francés.

martes, 7 de enero de 2014

MARIE

Marie era una mujer misteriosa, no sé si por voluntad propia o porque simplemente lo era. Callada, sigilosa en los movimientos, de mirada escrutadora, analítica y fría; cualquier retrato de los que colgaban en aquel salón tenía más expresividad que ella. Movía la copa de coñac con la mano apoyada sobre las piernas que mantenía cruzadas desde el principio de la noche. Si yo tuviera más de tres minutos las piernas en esa posición, sería luego incapaz de levantarme, pero ella parecía ágil y flexible. A ello contribuía su delgadez casi atlética, que le hacía unas rodillas un tanto puntiagudas, demasiado huesudas para mi gusto. Si algún día me acostara con ella, debería tener cuidado con ellas.
   —Por mis cincuenta—dijo de pronto levantando la copa.

miércoles, 1 de enero de 2014

EL OTRO FINAL DE... LOST IN TRANSLATION


A Bob siempre le gustó bucear en las piscinas de los hoteles para ver bajo el agua a las señoras hacer aquagym. Le gusta cuando están en grupo y saltan todas a la vez; dice que le relaja y le hace sentir a gusto con su cuerpo.

Bob es un tipo curioso. Cobró…  sigue aquí