En Saint Moritz somos muy pocas las monitoras que hablamos español. Yo sólo lo chapurreo, pero me vale para que cada año me asignen los tres colegios españoles que vienen por su semana blanca. Odio trabajar con adolescentes, pero pagan bien. Además, con el grupo de Madrid siempre viene Patricia, la profesora de Conocimiento del Medio, una tía divertida con la que me olvido de tanto niño. Nos enrollamos el primer año y desde entonces tenemos nuestra semana blanca particular. El resto del año, ella está en Madrid y yo en Suiza, cada una a lo suyo.
Hace unos meses me escribió un mail diciéndome que se casaba con un arquitecto de San Sebastían. La noticia no me produjo ninguna sensación extraña, era algo que podía pasar.
Ayer llegó a Saint Moritz como cada año. Hoy, cuando está amaneciendo, la observo mientras duerme en mi cama y pienso lo afortunado que es ése arquitecto. Tiene unos labios perfectos.
Claro, los labios de mujer acostumbran a ser perfectos.
ResponderEliminar...depende de quien los bese...
ResponderEliminarHa sido una suerte. El labio amplio es como algodón. No sé si ya recuerdo sus formas. Un abrazo.
ResponderEliminarOye.. breve pero buenísimo. Pásate por mi blog, o lo vas a odiar o te va a encantar (va dirigido a tíos, va de ligar jajaj)
ResponderEliminarUn abrazo. Y no nos engañes, que escribes demasiado bien el castellano para ser guiri jejej
Ostras me ha recordado, la peli esa que quedan una vez al año el mismo día, a la misma hora, en el mismo sitio , Mola ¡¡¡
ResponderEliminarA mí me ha pasado lo mismo que a Poma. Me encantó cuando la ví en la tele hace un montón de años y me impactó. La tuya, Rafa, es actual y de hoy en día. ¡Mola!...
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