jueves, 14 de julio de 2011

UN TIPO PECULIAR



Helmut Brandauer era un tipo peculiar. Un escritor que, de haber existido, me hubiera gustado conocer, hasta emular, llegar incluso a disolverme en su esencia. Lástima que sólo sea un espejismo, aunque de puro imaginarlo, es como si estuviera aquí sentado, junto a mí. Disfruté mucho escribiendo este libro a su lado. Me caía bien. Tuve que matarle, eso sí, para más gloria de su espíritu, y así poder tener la excusa de escribir sobre él. Muchas de sus virtudes son mis defectos, pero en él quedan bien y resultan hasta magnéticos. Yo lo idolatro hasta un punto ignominioso del que no me queda más remedio que reconocerlo con resignación. He visitado su casa imaginaria, su pueblo austriaco inventado y hasta su tumba vacía, esa que es tangible como un sueño. Le he llegado a querer y desde aquí, siempre que puedo, hablo de él. Hoy me apetecía hacerlo una vez más, así que le he pedido que nos mande algunas de sus palabras desde el limbo. Como veréis, no tenía en buena estima a ese mundo intelectual del que él, sin quererlo, formaba parte.
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"No hay persona más repulsiva que un artista, un así llamado intelectual, incluidos los escritores. Los escritores suponen la degradación del género humano por cuanto su vanidad les rebosa y les rebasa hasta convertirles en seres repulsivos, vomitivos. Un escritor sólo se escucha a sí mismo, es incapaz de valorar el trabajo ajeno, suelen ser rencorosos y me hacen sentir bochorno cuando les oigo hablar. No puedo imaginarme compartir mesa con cualquiera de ellos, ya me duele la cabeza con sólo pensarlo. Son personas seguras de sí mismas y yo odio a las personas seguras de sí mismas. Odio a los que se dicen dotados con perfil de liderazgo. Odio a los cabecillas y sobre todo, odio a las personas que dicen no tener pelos en la lengua porque tarde o temprano te clavarán un cuchillo por la espalda. Teme a aquel que diga que va con la verdad por delante porque algún día terminará por mentirte. Odio a los que van de sinceros, a los escritores que caminan un metro por encima del resto de los mortales. No soporto a los escritores, esos que se dicen intelectuales y que se creen que su opinión nos importa, cuando en realidad nos interesa un carajo. Me dan asco". HELMUT BRANDAUER

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