viernes, 8 de abril de 2011

EL FANTASMA

Al salir del taxi, el portero me ayudó con la maleta. Se metió en el hotel mientras yo sacaba los dólares que tenía mezclados con euros en la cartera. Un botones ya estaba en recepción esperando con la maleta en un carro. Terminé con lo mío y me dispuse a entrar. Subí la escalera alfombrada y, al llegar a las puertas automáticas de cristal, comprobé que no se abrían. Detrás de mí subía una señora y, al llegar arriba, las puertas se le abrieron con normalidad, lo que aproveché para meterme tras ella. El caso es que me quedé con las ganas de comprobar qué había fallado. Volví entonces sobre mis pasos y me coloqué debajo del sensor de apertura. Nada. Me moví de un lado a otro para accionarlo, sin conseguirlo. De pronto, un botones pasó a mi lado corriendo, con prisas, y las puertas se le abrieron sin problemas. Lo intenté de nuevo y, qué raro, conmigo no funcionaban. El portero salió también con precipitación, y detrás de él, dos o tres clientes. A todos se le abrían las puertas menos a mí. Pero, ¿dónde va todo el mundo con tanta prisa?
A través de las puertas de cristal vi llegar una ambulancia de esas enormes típicas de Nueva York. Frenó con violencia frente al hotel. Dos enfermeros sacaban una camilla con la celeridad que requiere una urgencia, mientras un médico corría hacia mi taxi, que aún permanecía allí. Se metió dentro y al poco rato hizo un gesto para que sus compañeros se calmasen, habían llegado tarde, no había nada que hacer.
Entonces, desde aquella cárcel de cristal, pude ver, incrédulo, como sacaban mi cuerpo del taxi y lo metían en una bolsa de plástico negro.

Han pasado tres años y aquí sigo, encerrado en éste hotel de Nueva York, un cliente perpetuo. Si vienes, búscame.

7 comentarios:

  1. Si,si,te buscaré te metes en mi maleta, y salimos a pasear por Central Park.

    ResponderEliminar
  2. Lo haré, dime por donde cae, si entre Brooklyn o Manhattan,prometo llevarte algo tipical spanish para que te sientas como en casa :)

    ResponderEliminar
  3. ...pues nos vemos... eso sí, tendréis que abrirme todas las puertas...

    ResponderEliminar
  4. Bueeeeenoooo... si eso te busco y te llevo de fiesta con Poma y Anita!!

    ResponderEliminar
  5. Rafael que relato tan fantastico. Me enanto como descubre el personaje que es un fantasma. Enhorabuena - P. Cuando visite NY le busco. Saludos

    ResponderEliminar
  6. Jó, y podéis ir al cine y a especatáculos sin que pagues entrada. A mí es que lo de viajar, me viene siempre mal. Si no, iría a que echáramos un tute.

    Me ha gustado.

    ResponderEliminar
  7. Muy bueno. Muy buen post-relato.

    ResponderEliminar