Todos tenemos algún secreto. Claudia también tenía el suyo. Estaba en 3º de B.U.P., en el viaje a Holanda, caminando en grupo por las calles de Amsterdam, riendo por tonterías y echando el ojo a cualquier tío en bicicleta que rondara los dieciocho. El grupo era numeroso y ruidoso por lo que despertaban la perplejidad de las tranquilas terrazas. Qué le vamos a hacer, somos latinos. Al pasear por un mercadillo, Claudia se lió a comprar regalos para toda la familia, a cada cual más feo y barato. Se vio de pronto cargada con una bolsa bastante incómoda de llevar, así que decidió volver al hotel. Subió al cuarto piso, y al abrirse la puerta del ascensor, pudo distinguir a su profesor de matemáticas y a la de inglés entrar juntos en la misma habitación. Lo vio normal. Lo que ya no eran normales eran los gritos de ella a los dos minutos. Con certeza absoluta, Claudia supo que estaban haciendo el amor. No se lo podía creer, ambos casados y con hijos.
Lo ocultó en el baúl de los secretos y no se lo comentó a nadie, discreción ésta poco habitual en esa edad, pero que en ella resultaba creíble. Fue su secreto y lo llegó casi a olvidar hasta que en junio vio con desilusión el suspenso en matemáticas. Su padre se iba a cabrear un montón, la castigaría sin vacaciones y encima se quedaba sin la Vespa.
Entonces, con la cabeza apoyada en el cristal de la ruta, se le ocurrió utilizar su carta oculta. Fue aquella la única vez que Claudia utilizó el chantaje para beneficiarse de algo.
Por cierto, la Vespa la eligió negra con el sillón en color ante.
"la única vez que Claudia utilizó el chantaje"....pero seguro que no será la última.
ResponderEliminarLátima.
Claudia...ufffff
ResponderEliminar...la culpa la tuvo la Vespa...
ResponderEliminarPues hizo bien!
ResponderEliminarY además seguro que era una Vespa Primavera 75 de color rosa, pura traición...
ResponderEliminar...yo creo que terminaron comprando la moto entre el padre, el profe de matemáticas y la de inglés... ahí pasa algo... tiene toda la pinta...
ResponderEliminarHola, Rafael:
ResponderEliminarIncluí un enlace a tu blog desde el mío. Pasaré por aquí para seguirte la pista.
Abrazos fuertes,
PABLO GONZ
Muy bueno, Rafael.
ResponderEliminarClaudia, en la vida, será una gran administradora de secretos. Le irá bien.
Un saludo
Vaya tela con la Claudia, no me la quiero imaginar a los 40...
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