Desde la planta diecisiete de mi hotel pude ver como se acercaba el tsunami arrasando todo a su paso. Mientras, abajo en mi calle, ajenos a todo, una pareja de jóvenes turistas se metían abrazados en un fotomatón dispuestos a inmortalizar su amor. Tan sólo vi el fogonazo de tres flashes antes de que desaparecieran para siempre.
Tras siglos persiguiéndolo, esos fogonazos son la señal del descubrimiento. Encontraron al fin el amor inmortal, ése al que solo se llega abrazado a una muerte de fotomatón.
ResponderEliminarAbracitos