Tras la marcha de
Víctor Laszlo y su esposa, Ilsa Lund, camino de América, el capitán Renault,
corrupto confeso, le propuso a Rick dejar el negocio de hostelería y montar una
academia donde se enseñara a evadir capitales y defraudar al fisco. El bueno de
Rick, roto por la marcha de su amada, rechazó la oferta.
La prefectura de
policía, convertida así en un centro de delincuencia económica, tuvo éxito
inmediato gracias al aluvión de alumnos llegados desde el otro lado del
estrecho. Generaciones de chorizos y estafadores nacieron de aquella primera
promoción en Casablanca y aún hoy siguen con la tarea de conseguir adeptos para
la causa.
Mientras, Rick, solo y con
el corazón destrozado, pasó una época chunga. Gastó todo lo que ganó en…Continúa aquí.
Ahora comprendo por qué pareces tan alto, Caunedo...
ResponderEliminarSalud-os