domingo, 7 de abril de 2013

CONFESIÓN

Era mi última regata en Eton antes de ir a la universidad. Quise dejar constancia de ello grabando mis iniciales en el remo: W. H. P. 1957. Lo hice justo debajo de un tal Richard John Bingham, 1950. Diecisiete años después de mi paso por allí, aquel nombre volvió a mí en forma de titular en la primera página del Times: "Richard John Bingham, Lord Lucan, desaparecido tras matar a la niñera de sus hijos". Han pasado muchos años y nunca se ha sabido nada de él. La historia ha querido que mis iniciales reposen junto al nombre de un fantasma en un remo de Eton College. Cosas que pasan. Esa fue mi manera de dejar constancia de mi paso por allí: figurar junto a un asesino sin saberlo. Pasados los años puedo confesar que esa no sería la única vez que me iba a pasar en la vida. Ya te contaré.

3 comentarios:

  1. Oye, Puede ser que haya muchos RJB por ahí... como dicen que es ubicuo... quien sabe. Creo que los psiquiatras ganaron mucho dinero con tanto desdoblamiento ;) Fijate, todavía tratan a algunos... Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. El ser humano vive obsesionado con dejar constancia de su paso. Arrimarse a diversos asesinos puede ser una manera apasionante de conseguirlo. Cuenta, cuenta.

    ResponderEliminar