Tengo un amigo músico; es un virtuoso del piano, pero un negado en todo lo demás. Ayer me llamó para que le montara dos tumbonas de madera en el jardín, cosa que me extrañó dado que vive solo y no le interesa la compañía. Estando en plena labor salió de la casa una joven en bikini con un zumo de naranja en la mano. Me dijo su nombre, pero soy incapaz de reproducirlo por escrito. Es finlandesa; la primera finlandesa con la que he hablado en mi vida. Mientras mi amigo ensayaba dentro, nosotros probamos las tumbonas una vez montadas. Así, comprobé humillado que las piernas de la finlandesa son bastante más largas que las mías y, además, francamente, mucho más estéticas. Será la raza. En general, toda ella es mucho más estética que yo, así que me he ofrecido a mi amigo para cuidarle el jardín siempre que salga de gira.
Mientras haces de suplente preparas el terreno...
ResponderEliminarMe gustan tus relatos!
Muy buena idea, además siempre es recomendable un buen mantenimiento preventivo de las tumbonas del jardín, no vaya a ser que tu amigo se haga daño ;)
ResponderEliminarDivertido relato.
Soy muy torpe en materia de estética, me crié más con aquello de la ética. ¿Puedes decirle la finlandesa que si me puede dar un cursillo? Si no puede ser de estética, también ando necesitado de aprender finés.
ResponderEliminarLo que sea por el conocimiento.
Un abrazo.
Un sentido de la amistad muy desarrollado, jajajajaja.
ResponderEliminarMe agrada haberte descubierto. Feliz tarde.
Vaya, vaya, con la finlandesa, como atrapa con sus piernas... y con todo lo demás, jajajajaja. Tú amigo poco sabe del producto nacional, yo creo ;) porque españolita recogidita, vale más que una joyita. Un abrazo.
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