sábado, 6 de septiembre de 2014

SIEMPRE MARIE


Recuerdo aquellos días con especial emoción al comprobar los efectos beneficiosos que la isla provocó en Marie. La mujer del norte, fría y calculadora, iba poco a poco adaptándose. Progresivamente pasó a llevar la ropa con un toque de degradación muy de mi gusto. Supongo que Ibiza se presta al abandono, a dejarse llevar. Los espejos aquí son menos exigentes y las tallas de la ropa, esos numeritos crueles que se fijan en las etiquetas, pasan a ser simples guarismos sin importancia.
(Últimas páginas de una nueva historia) R.C.

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