lunes, 29 de septiembre de 2014

ABUELO

La perspectiva de ser abuelo me daba cierto vértigo, era un salto gradual, una manera muy efectiva de hacerme ver que me estaba haciendo mayor. Uno no envejece porque sí, le envejecen los demás y las cosas que ocurren a su alrededor. De pronto me imaginé con un bebé en los brazos, igual que había hecho en aquel sótano de París con Nicole cuando su madre la dejó en una cesta. La vida se me había pasado demasiado rápido. Si todo lo trascendente lo hubiera escrito en un libro, no hubiera pasado de ser una simple novela corta y, si resumo, tal vez tendría el tamaño de un pasquín. 
R.C.

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