Hoy he pasado el día en Estocolmo, caminando sobre la nieve, bordeando el lago Mälaren. He sido testigo de una conversación entre un compositor septuagenario francés y su esposa, una mujer mucho más joven que él, de Barcelona, a la que ha pedido un favor. Al escucharles, no he podido evitar sentir angustia porque...
Perdón, alguien llama a la puerta, creo que es el pedido de Mercadona. Luego sigo escribiendo la novela.
...por cierto, por fin tiene título la novela...
ResponderEliminarCanta ¡¡ ya ¡¡¡
ResponderEliminar...el favor se lo ha pedido en francés o en catalán???...uyyy...¡qué nervios!...¿qué será, será?...
ResponderEliminar...menos mal que ya casi casi estoy al día con tu obra, Rafa...¡canta, canta!...
Cuanta intriga... :)
ResponderEliminarCoño! Mercadona ha llegado a Istambul. Ya puedo ir sin miedo al cambio gastronómico.
ResponderEliminarHace tiempo que el señor que vive dentro de la CPU no me deja hacer comentarios aquí. Había escrito uno a esta entrada pero no lo admitió.
ResponderEliminarAhora escribo esta tontería para ver si con otra cuenta me deja acceder.
Eso sí, el blog lo sigo igualmente. Item más, creo que lo sigo con tres perfiles diferentes. Leeré tres veces cada texto.
Saludos.