MESA PARA DOS
Miedo al ridículo, inseguridad, autoestima por los suelos…
La lista de sus problemas era inagotable. Comió en un restaurante vegetariano cerca de la consulta del psicólogo. Sola. Era una mesa para dos: ella en un lado y la mujer en que se había convertido en el otro.
con ese bagaje ye como pa llorar...........Un abrazote.
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