Jörgen es noruego. Siempre ha querido ser escritor. Hace
unos meses terminó su primera novela. La mandó a todas las editoriales de
Noruega y poco a poco fueron llegando cartas desestimando su publicación. Ofendido
su orgullo, se prometió no volver a comprar libros de todas aquellas que rechazaron su obra. Pronto se dio cuenta de que ya no podía
comprar libros en su país, así que se trasladó a España para probar suerte. Vive
en mi edificio. Ayer me dejó su manuscrito para que yo lo valorara. He pasado
la noche en vela leyendo y no sé si decirle la verdad o suavizarle una mentira.
Ahora que ya he probado su lutefisk no
me gustaría que dejara de ser mi vecino.
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