sábado, 7 de septiembre de 2013

VIVIR DEL CUENTO


Siempre me he preguntado qué pensarán los grandes cuando se saben admirados por la humanidad. Imagino a Pablo Picasso con su camiseta sin mangas leyendo la prensa bajo un árbol, analizando un artículo sobre su obra. Le supongo guasón, bromeando con su mujer, o su amante, sobre las tonterías que dicen de él.
Yo quería llegar a ser Pablo Picasso y después desaparecer. Ese era mi sueño, pero desaparecer por darme gusto y no porque media INTERPOL me siguiera la pista para encerrarme.
Qué inocente fui. O que tonto.
(extracto de lo último en lo que ando metido. Su título: Vivir del cuento)

4 comentarios:

  1. Tengo una pequeña animadversión por el "genial" Picasso. No me gusta nada, no sólo su pintura, sino ese satrapismo con el que fue por la vida. Pero no me haga mucho caso, son cosas mías.

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  2. Yo quería ser Rafael Caunedo, y después vivir del cuento. Era mi sueño, pero vivir del cuento por darme gusto, y no porque fuera el título de tu nueva aventura literaria...
    Si la C6 lo permite (algo he cotilleado), nos podemos ver a partir del 20-S. Los tres, tú, yo, y el señor Mahou, seguro que frecuenta la cervecería ésa próxima al taller.
    Abrazos, siempre

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  3. Bueno, yo algunas veces me gustaría "no ser yo" y verme reflejada en otra y así poder decidir si quiero ser yo realmente... Huyyyyyyyyyyyyyy que lío me he hecho!! ;) Un abrazo.

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  4. Pues que te siga la Interpol debe dotar a uno de una importancia digna del ego más grande

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