Mi carrera como actor duró exactamente el tiempo que tardé en verla entre el público. Bastó descubrir su flequillo a lo garçon en la segunda fila para que se me olvidara el texto. Abochornado, la busqué a la salida y la vi marcharse caminando por la acera con un tipo que llevaba una elegante gabardina de cinturón. Desde entonces escribo novelas, solo y en silencio; lo que sea con tal de no trabajar cara al público. En el capítulo de hoy, una joven francesa lo deja todo para volver a España y conocer a un actor del que se enamoró sin él saberlo.
Escribimos los sueños, tantas veces...
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