El otro día me llegó un mensaje extraño a mi móvil. Alguien me pedía perdón y una nueva oportunidad. Contesté con otro mensaje advirtiendo que había tecleado un número erróneo, pero que si la hacía sentirse mejor, yo la perdonaba. Me imaginé que era mujer para sentirme más cómodo. Me contestó preguntando quién era yo. Entonces decidí llamar. Efectivamente era mujer, de Bilbao. Hablamos un buen rato y al final, después de media hora, me preguntó si debía pedirle otra oportunidad a su pareja. No pude evitar que saliera mi vena perversa y la aconsejé que no lo hiciera. 'A lo hecho, pecho'. Pobre, pareció entenderlo y lo acepto como si yo fuera su psicólogo.
Esta mañana he vuelto a recibir un mensaje suyo: "¿Te pilla muy lejos Bilbao?" Desconozco sus intenciones, pero voy a ignorar el asunto no vaya a ser que me quiera partir la cara.
La curiosidad mató al gato ¡¡¡
ResponderEliminar;)
Muy bueno.
...pobre gato... siempre acaba igual...
ResponderEliminar...Poma,¿algún consejo para la de Bilbao?...
ResponderEliminarEres un cobarde.
ResponderEliminar...y un pecador de la pradera...
ResponderEliminarConsejo a la de Bilbo ; Ponte gafas reina, antes de escribir mensajitos.
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