De la
obligación de vestir de Armani solo estaba exento el hijo del jefe, Edie, que
prefería un chándal Nike azul eléctrico que cantaba desde cualquier parte de la
calle. Al señor Blanco no le gustaba ese tipo de… seguir leyendo aquí
por Rafael Caunedo © todos los derechos reservados. http://rafacaunedo.wixsite.com/escritor
viernes, 29 de noviembre de 2013
NOVIOS
Fue el suyo un noviazgo estándar, con modélica formalidad
acompañada de esporádicos y fugaces altibajos, por lo que todo el mundo
apostaba a que aquello acababa en matrimonio, como si estuvieran predestinados.
No eran complicados ni jaraneros, y la posible complejidad de sus respectivas
personalidades pasaba a ser simple y manejable en cuanto estaban juntos. La
unidad los apaciguaba, lo que le daba a la pareja el carácter de entidad, un
único ser formado por dos cuerpos. El suyo fue un noviazgo “amatrimoniado”.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
CHAMPÁN
El champán sabe mejor si te lo pagas tú
mismo, eso decía mi madre en una de sus pocas lecciones mundanas. Ella bebía
champán muy rara vez, sólo en fiestas y en los descansos de los conciertos. Lo
hacía a sorbitos, no como Flavio, que abría la boca para que cupiera la copa de
un trago. Flavio era la demostración fehaciente de que la carencia de modales
podía resultar atractiva, a juzgar por su éxito con las mujeres. Además, el
alcohol no le acorchaba la lengua ni le aturdía el cerebro, más bien lo
contrario, con lo que era habitual salir dos y volver tres.
Raramente cuatro.
lunes, 25 de noviembre de 2013
POST MÁS LEÍDO
Adivina cual es el artículo más leído durante la semana en la Blue Magazine: pincha aquí.
GRACIAS A TODOS.
VERA Y EL YOGA
...en el fondo me da pena no conseguir relajarme. El yoga me estresa. Serán los
leggins, que me aprietan más de la cuenta. Creo que me están pequeños. Llevaba
una pinta infame. ¿Qué habrá pensado de mí el maestro? Es imposible estar mona
en una clase de yoga. Todos nos vestimos desastrados, parecemos más gordos y
nos suenan las rodillas al levantarnos...
(proyecto VERA)
viernes, 22 de noviembre de 2013
SE ACABÓ
Menos
mal que había parado de llover. Mayo en París, brillante y mojado, gris y maravilloso.
Desde que utilizaba bastón, Jean odiaba llevar paraguas. Presumido en grado
sumo, decía que andar con bastón y paraguas a la vez le hacía un caminar
“desacompasado, torpe y ridículo”, lo que para un compositor no dejaba de ser
pura ignominia. Sombrero y gabardina larga con cinturón eran más que
suficientes para soportar la climatología parisina a la vez que le conferían un
aspecto distinguido, un toque aristocrático según los cánones de los 50 que no
le molestaba en absoluto. Su porte elegante de ciento ochenta y nueve
centímetros y su medida esbeltez le dispensaban el donaire y la apostura de un
galán clásico. El bastón, regalo del ministro de cultura, le acompañaba desde
hacía un par de meses. Acostúmbrese a él, señor Asperge, le dijo su médico cuando
aún estaba convaleciente, será su mejor amigo hasta el final. Lo aceptó como un
toque chic y glamuroso a sus sesenta y cinco años...
(Esto forma parte de una novela que saldrá en mayo de 2014... todo llega)
jueves, 21 de noviembre de 2013
CERVICALES
‘Un momento’ es la medida de tiempo exacta que tarda en ‘materializarse’
una radiografía. Entró Celia con la placa en la mano y encendió la luz del
armarito de la pared donde la colgó con diligencia. Miraba a través de las
gafas con atención, acercándose a la luz y entornando los ojos, aplicándose
especialmente en la parte de las cervicales.
—¿Qué ves? —preguntó Santiago mientras se abotonaba
la camisa con ciertos problemas.
Tardó Celia en contestarle. Para hablar
con él se volvió a quitar las gafas.
—Siéntate, por favor.
—Siéntate, por favor.
martes, 19 de noviembre de 2013
EL OTRO FINAL DE... AMELIE
Amelie Poulain nació en 1973, por lo que
acaba de cumplir cuarenta años, edad más que suficiente como para haberse
casado con el hombre de su vida, Nino, cuya insulsez le impide buscar otro
trabajo fuera del videoclub porno donde hace las funciones de ‘chico para
todo’.
Miles de
veces le ha pedido que se busque un empleo normal, de esos en los que hay que
ir con corbata y los zapatos limpios, pero Nino se resiste a abandonar la
tranquilidad del negocio. Ya nadie alquila películas porno, dice siempre, así
que… sigue leyendo aquí...
lunes, 18 de noviembre de 2013
PROYECTO VERA III
Lo
preocupante es que mis amigas son muy así, muy de preocuparse por mí, cosa que
agradezco, pero no entienden que no tenga prisa. Algunas de ellas están separadas
y hoy han querido regalarme un consejo por mi cumpleaños: “Busca en Internet”.Parece mentira que sean mis amigas. ¿Pero cómo alguien que me propone
buscar pareja por Internet puede ser amiga mía? ¿No sería más normal que me
presentaran al de la Coca-Cola Light? Claro que, bien mirado, ellas mismas lo
pusieron en práctica nada más divorciarse. Es curioso que, aún teniendo todas
trabajo, su principal obsesión fue dejar de ser independientes y buscar la
compañía de un hombre. Como si eso fuera garantía de algo.(Proyecto VERA)
jueves, 14 de noviembre de 2013
PROYECTO WILFRED III
París, mayo del 68
La casualidad hizo que un periodista
captara mi imagen cerca de una barricada. Yo estaba escondido detrás de una
farola mientras Flavio lanzaba una piedra envuelto en el humo de un bote
lacrimógeno. La foto fue portada de Le Figaro debajo de un pomposo titular:
“París mueve la conciencia del mundo”. Y allí estaba yo, con cara de pánico,
buscando la protección tras una farola. ¿Cómo iba yo a mover la conciencia de
nadie? No parecía yo, pero la gente no lo sabía, y en mi barrio los vecinos me
felicitaban por las calles. Aquellos fueron días de héroe.
Pronto vendrían los de villano.
(Proyecto WILFRED)
miércoles, 13 de noviembre de 2013
PAYASO, VARÓN, CINCUENTA AÑOS
Recuerdo la mancha de maquillaje que dejé en la camilla de la ambulancia. Llegué al hospital semiconsciente después de mi primer infarto. Aún veo mis zapatones rojos volar por los pasillos de urgencias mientras los enfermeros pedían paso a voces para que fueran preparando el desfibrilador. ¡Payaso, cincuenta años, varón, infarto! Después cerré los ojos y esperé la ovación.
lunes, 11 de noviembre de 2013
INKE
Sólo hablé con ella unas horas. La conocí ayer en el aeropuerto de Viena. Una tormenta complicada retrasó nuestros vuelos, así que las compañías nos llevaron a un hotel para hacer noche y nosotros pedimos compartir habitación. Se llama Inke. No sé más de ella salvo que tiene un tatuaje en la espalda, abajo a la derecha, en el que se lee Thank you junto a la cicatriz del transplante de riñón. Es noruega y viaja sola.
jueves, 7 de noviembre de 2013
PROYECTO VERA cont.
No
soporto cuando mi jefe se comunica conmigo a través de mails. Tan sólo tendría
que levantarse de su silla, abrir la puerta del despacho y avanzar exactamente
ocho pasos hasta llegar a mi mesa. Así de fácil. En cambio, él prefiere
teclear. Tal vez lo haga para evitar el contacto físico, el intercambio de
miradas que tanto le intimida o, simplemente, en días como el de hoy, sólo
quiera evitar ver mi cara de disgusto cuando me encargue el artículo de turno.
“Vera,
hoy toca desahucio”.
Odio
escribir sobre dramas. Trabajar en la sección de ‘Local’ tiene estas cosas,
requiere cercanía e inmediatez. A veces pienso que debería pedir el traslado a
la sección de ‘Cultura’ y hartarme a ver estrenos e inflarme a canapés en las
inauguraciones. En cambio, ahí estaba, leyendo la palabra ‘desahucio’ en la
pantalla. De buena gana se lo hubiera pasado a alguien de mi equipo, seguramente
con otro mail, pero estaban todos cubriendo manifestaciones, huelgas varias y
caceroladas de barrio.
(Proyecto Vera)
lunes, 4 de noviembre de 2013
PROYECTO WILFRED cont.
De España sabía más bien poco, tan sólo
que hacía tres años se había muerto Franco, personaje del que nunca me había
preocupado, sinceramente, ni de él ni de el país que dirigía. España era, para
mí, ése lugar que empezaba donde acababa Francia. Le salvaba que fue la cuna de
Picasso y, aunque sólo sea por eso, ya tenía justificación en el mundo. Por lo
demás, era algo desconocido; tenía todo por descubrir.
Y vaya si lo descubrí.
La primera vez que la visité fue con
Brenda y su padre. He estado echando cuentas y debió ser más o menos en 1972.
Lo sé porque recuerdo la imagen de Mark Spitz con sus siete medallas de oro al
cuello saludando desde el podio en las olimpiadas de Munich. Vi la foto en el
periódico sentado en un bar mientras tomaba un vermú.
Unos esforzándose tanto para alcanzar el
éxito y otros, como yo, buscando el solecillo en las terrazas. En fin.
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