jueves, 26 de septiembre de 2013

MI GRAND NATIONAL

El Grand National no es una carrera normal. En paralelo a ella también corren las ambulancias que asisten a los múltiples jinetes que se caen. En 1988 yo iba en una de esas ambulancias. Lo hice en calidad de ayudante de médico; lo que viene a ser un españolito, estudiante de medicina, que en verano va a Inglaterra a practicar inglés y se apunta como voluntario a todo. En uno de los obstáculos tuvimos que parar varias ambulancias debido a una caída masiva. Salí corriendo para atender a un jinete, un hombrecillo vestido de verde y amarillo que había quedado inconsciente sobre la hierba. Fue tal mi celo profesional que quise llegar antes que ninguno, pero tuve la mala suerte que calculé mal el número de participantes que aún quedaba por saltar. Un caballo sin jinete apareció de pronto sobre el seto. Juro que lo vi volar. Luego ya no recuerdo nada más. Desperté en mi propia ambulancia, tumbado en una camilla junto al jinete. Al verme con bata blanca sonrió y me preguntó con ironía británica a qué cuadra pertenecía. Y yo, para no contestarle, me hice el muerto.

 http://www.youtube.com/watch?v=Hib34fffwvE

lunes, 23 de septiembre de 2013

UNA DE ASCENSORES

Cuando llamo a un ascensor siempre imagino lo que me voy a encontrar cuando se abran las puertas. Para mi desgracia siempre me equivoco. Solía apostarme las cañas con un amigo a ver quién de los dos acertaba. Yo siempre quería que apareciese una mujer descalza, con vaqueros desgastados y camisa blanca. Mi amigo, que era mucho más listo que yo, se la jugaba a lo seguro: varón, cuarenta años, barrigón y cara de mala leche. Y oye, no fallaba.
Mi amigo murió hace un año y me acuerdo de él cada vez que monto en un ascensor. Yo sigo pensando que un día aparecerá una tía buenísima, por supuesto descalza, vaqueros y camisa blanca, pero hasta entonces me conformaré con el recuerdo de nuestras risas juntos. Salud, colega.

sábado, 21 de septiembre de 2013

ESAS NOCHES LOCAS

En mitad de la noche me desperté con los pies helados. La mujer con la que compartía cama resultó ser de esas que se hacen una bola enroscándose con la parte ajena del edredón. Sentí agobio y ya no pegué ojo en toda la noche; en cambio ella no despertó hasta bien avanzada la mañana.
Mi única justificación para hacer lo que hice fue que estaba borracho. Si, lo reconozco, me acosté con mi jefa después de la fiesta de navidad.
La primera semana de septiembre le han propuesto irse a Buenos Aires para ''llevar la marca'' en Latinoamérica. Cuando por fin pensé que me la había quitado de en medio y que yo ocuparía su despacho en la última planta, resulta que me han propuesto a mí como su segundo en Argentina. Las condiciones son difíciles de rechazar, así que he aceptado.
Eso sí, por si acaso, llevo en la maleta un pijama de franela para las noches de invierno.

lunes, 16 de septiembre de 2013

VENDING EN TOKIO

La vi en el metro de Tokio. Tenía problemas con la máquina de vending. Su refresco no salía y tampoco devolvía el dinero. Apurada, tocaba todos los botones porque su tren ya estaba en el andén. Entonces llegué yo en plan superhéroe turista y quise solucionarla el asunto igual que lo hacemos en España. Le pedí que se apartara y empecé a dar cachetadas a la máquina. Imposible, por más fuerte que eran los golpes, aquello no salía. Cuando por fin desistí, sudoroso, me di cuenta que estaba solo en el andén, la chica se había marchado avergonzada y dos vigilantes de seguridad corrían hacia mí. 
Tanto la multa como la asistencia en urgencias para vendar mi mano me salieron por un pico.

jueves, 12 de septiembre de 2013

AULA DEL CABALLO

Arranca el Aula del Caballo

EN 3D

Mi padre montaba muy bien a caballo, por eso durante unos días fue extra en el rodaje de La caída del Imperio Romano, de la productora de Samuel Bronston. En 1964 yo no había nacido, así que tuvieron que pasar unos años hasta que pudiera fardar de su hazaña. Una tarde de sábado, una de esas en que había Sesión de Tarde en la Primera cadena, pusieron la película y mi padre se plantó frente a la tele en espera de que apareciera su famosa escena. Yo le imaginaba robando plano a James Mason o haciendo que Sophia Loren cayera rendida a sus pies. Pero no. Resultó ser uno de aquellos del fondo, de los del final, de los que van a caballo. Le pusieron un pecho de lata y un palo en la mano y ¡a desfilar! Mi padre se esforzaba en señalarme con el dedo una cagadita de mosca en la pantalla. ¡Ese soy yo! Pero podía ser él o cualquier otro. Recuerdo la desilusión que sentí.
Hoy he vuelto a ver la película. Han pasado muchos años y por un momento he visto a mi padre delante de la pantalla señalándose orgulloso. Será el 3D.

sábado, 7 de septiembre de 2013

VIVIR DEL CUENTO


Siempre me he preguntado qué pensarán los grandes cuando se saben admirados por la humanidad. Imagino a Pablo Picasso con su camiseta sin mangas leyendo la prensa bajo un árbol, analizando un artículo sobre su obra. Le supongo guasón, bromeando con su mujer, o su amante, sobre las tonterías que dicen de él.
Yo quería llegar a ser Pablo Picasso y después desaparecer. Ese era mi sueño, pero desaparecer por darme gusto y no porque media INTERPOL me siguiera la pista para encerrarme.
Qué inocente fui. O que tonto.
(extracto de lo último en lo que ando metido. Su título: Vivir del cuento)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

CREACION NARRATIVA

Escribir ficción requiere una dosis de locura. Si te apetece compartirla conmigo, te espero a partir de octubre. Prometo aparecer en las clases con un cucurucho de papel en la cabeza. ¿Tomamos un café?

lunes, 2 de septiembre de 2013

MI AMIGO GAFAPASTA

Tengo un amigo gafapasta que colecciona servilletas de papel de lugares de culto donde sus escritores favoritos han pasado muchas horas de su vida: cafés, pubs, bares o restaurantes con pedegree.
La semana pasada se me ocurrió mandarle por correo desde Nápoles la servilleta de un karaoke en el que no logro imaginar a ningún intelectual ni aun estando en horas bajas. Se trata de un lugar sórdido y decadente donde un amigo italiano quiso llevarme para mostrarme que existe otra Italia aparte de las moderneces de los locales milaneses.
Para ser mayor el impacto, le pedí a una camarera disfrazada de teeneger que manchara la servilleta con su carmín y que escribiera 'algo bonito'. Siguiendo la broma puso con letra infantil algo así como 'con amore'.
Mi amigo, aunque es cultureta, tiene sentido del humor; no así su mujer, que no le ha visto la gracia por ningún lado. Ella también es gafapasta, pero de la facción ultra. No hay quien la saque de la filmoteca. En cambio, su marido y yo nos lo pasamos en grande cuando reponen la serie de Chuck Norris, y eso ella lo lleva fatal.