En esos días nació además una amistad muy
fuerte con Brenda que aún hoy perdura; y eso que ha llegado a ser una escritora
reconocida y bien podría ignorarme. A veces me da por imaginar qué hubiera sido
de mi vida si por entonces hubiera salido con ella. Nunca llegamos a
acostarnos, así que no hubo tampoco motivos para arrepentimientos. Me parecía
una chica atractiva, hasta llegué a encontrar sugerentes sus pecas; nada que me
hiciera perder los papeles. El sexo, me dijo una vez Flavio mientras tomábamos
el sol en las hamacas de casa, es mejor practicarlo con desconocidas a no ser
que te apetezca complicarte la vida.
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