viernes, 25 de mayo de 2012

MATRIMONIO A PRUEBA

Jürgen y Anika decidieron hacer un crucero por el mediterráneo en su viaje de novios. En su escala en Sicilia, en el mismo puerto de Palermo, convinieron con un taxista para que les diera una vuelta por la isla. Disponían de diez horas. Una vez visitada la capital y aquellos lugares cercanos que aparecían en todas las guías de viajes, el taxista les llevó a su pueblo. Aparcaron a la sombra. Para dos noruegos, Sicilia en agosto es lo más cercano a un microondas. El taxista, conociendo el percal, les llevó hasta la taberna de la plaza. Allí, sentado bajo un toldo, un veterano de piel curtida saboreaba una copa de moscatel. Su camisa blanca dañaba la vista. Cuando los vio llegar, su innata coquetería le obligó a adecentarse el pelo bajo su borsalino. El taxista, al llegar a su lado, le besó la mano con una ligera inclinación de cabeza. Jürgen le saludó a la europea, con un sobrio apretón de manos, y cuando Anika iba a hacer lo mismo, un ligero tirón la obligó a acercarse hasta besarle. Después, un cuchicheo entre aquel hombre y el taxista dio por terminadas las presentaciones.
Compraron una botella de agua y siguieron con la visita. Al llegar a la iglesia de Santa María, el taxista, aprovechando el fresco del interior les dijo:
—Dice don Pascuale que quiere acostarse con ella.
Parecía una broma y así se lo tomaron hasta que oyeron una cifra.
— Dice que les da setenta mil euros.

Llegaron a Oslo una vez terminado el crucero. Jürgen fue el primero en acudir a su abogado para pedir el divorcio. Nunca asimiló que Anika dijera que sí. 

2 comentarios:

  1. El polvo de Pascuale.Suele ocurrir.
    Genial.

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  2. Dicho asunto le costó a don Pascuale menos que a Robert Redford con Demi Moore en la peli del millón de dólares. Claro que Sicilia no es Hollywood...¡mamma mía!...

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