viernes, 24 de febrero de 2012

LA MUJER DE MI VIDA III

La conocí en la fiesta de un amigo que celebraba su cuarenta cumpleaños como soltero. Había organizado una comida en su casa para mucha gente. Yo llegué de los últimos. Entré en el jardín con la prevención de quien no se siente seguro; nunca me gustaron las multitudes ruidosas ni el exceso de jovialidad. De pronto la vi. Salía de la piscina por la escalerilla, a cámara lenta. Y yo allí, con mi copa de vino, dando vueltas en la boca  a un pipo de aceituna, sin poder parar de mirarla. Luego me la presentaron. Se pasó todo el tiempo que hablamos tan sólo con un pareo y una sonrisa preciosa. Al llegar el aviso para comer, se metió en el vestuario. A los diez minutos salió vestida y no pude por menos que decepcionarme. ¿Cómo es posible que se pintara los labios antes de empezar con una parrillada argentina? Una lástima, pensé mientras se acercaba, pero ésta tampoco va a ser la mujer de mi vida.

4 comentarios:

  1. No quiero imaginarla comiendo entraña o vacio con los morros todos emplastados. Hay que saber estar, decididamente.

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  2. Tus escritos son como ensoñaciones de adolescente.
    Yo en esos casos siempre acababa "machacando", luego me dormía.
    Un saludo.

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  3. Siempre es difícil encontrar "el hombre y/o la mujer de nuestras vidas", ¿no?...a seguir intentándolo, que es lo que verdaderamente mola, según mi experiencia, al menos en nuestra imaginación y con nuestras palabrasss...
    ¡Insinuante y tierno relato!
    Besitos sin una plasta de carmín encima...jajaja...

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  4. En mi mundo hay espacio para hombres de mi vida, novios fugaces y sobre todo, para montar en globo, que es un deporte que practico a menudo, casi tanto como la caída libre...

    Me gusta este rincón.

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