Cuando llegó a casa, había un post-it pegado en el mueble chino del salón. Se acercó mientras se quitaba la corbata, pensando que su mujer habría salido a cenar con sus amigas. Últimamente lo hacía mucho. Confundido, comprobó que el post-it estaba en blanco, era un mensaje vacío, tan vacío como encontró el vestidor y la mitad de las librerías.
Que buen post-it ¡¡ Me recuerda eso de una imagen dice más que mil palabras.
ResponderEliminarMuy visual, sentía casi el eco de la casa vacía mientras el destinatario del post it se gira sin que tu lo hayas dicho.
ResponderEliminar...las mejores bofetadas no hacen ruido...
ResponderEliminarMuy buen microrrelato!!!
ResponderEliminar...gracias María, a punto estuve de dejarlo en blanco, pero me pareció demasiado breve... Un saludo...
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