jueves, 14 de julio de 2011

PASTILLERO

J.P. se compró un pastillero en un anticuario de Praga. Simplemente le pareció bonito. Empezaba la primavera y, al llegar a Madrid, metió la única pastilla que necesitaba, el antiestamínico para la alergia al polen. El caso es que empezó a notar que le daban sueño, por lo que metió una pastilla para estar despierto. Esa pastilla tenía una contraindicación importante, daba apetito, un hambre voraz, por lo que tuvo que meter una pastilla para quitar grasa. Estaba engordando un montón, lo que le irritaba, entonces decidió meter otra pastilla para bajar la tensión. Llegaba a casa tirado por los suelos. Su mujer, más entera que él, le pedía un esfuerzo horizontal, pero nada. Al día siguiente, metió viagra, un estímulo que le ayudaba en la cama pero le agotaba en el trabajo. Metió entonces un complejo vitamínico para animarse, pero tanto se animó que le dio un infarto. Ahora toma veintitrés pastillas. Dice que es feliz, pero no me lo creo.

6 comentarios:

  1. Excelente relato. Gracias. Un saludo desde el Valle de Lecrín - Granada. José.

    ResponderEliminar
  2. ...gracias, José... más saludos para ti... y recuerdos a Granada de mi parte...

    ResponderEliminar
  3. Real como la vida misma; iba a decir llevado a la exageración, pero no. Conozco gente así, que toma medicamentos para minimizar los efectos de otros medicamentos, ad infinitum. Muy buen relato, muchas gracias, siempre resulta interesante darse una vuelta por tu blog. Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. ...muchas gracias por pasarte, Magnus... hay gente para todo...

    ResponderEliminar
  5. Y ahora en lugar de un pastillero que lleva? un tupperware con pirindolas?

    ResponderEliminar
  6. La verdad es que muchas veces empiezan por una pastillas,añaden otro y lo que arreglan por un lado lo estropean por el otro,pero lo bueno es el figura que compro el pastillero por bonito pero poco a poco parece que el pastillero necesitaba llenarse y le va como lastrando y cada vez se encuentra peor es como cuanto más es menos cuanto más pastillas menos salud.
    La verdad que muy bueno el relato además de tener toda la razón.

    ResponderEliminar