miércoles, 23 de marzo de 2011

EL TELÉFONO

Yo tengo una manía: en los hoteles siempre elijo el lado de la cama dónde no esté el teléfono. A lo mejor lo mío es un problema de comunicación. Mi padre dice que soy muy seco hablando por teléfono. Claro, a él le gusta explayarse como si estuviera dando una conferencia y yo, en cambio, prefiero la concreción. No me gustan las llamadas "para saber qué tal", esas que se hacen sin nada que decir. Son conversaciones de rutina, para preguntar qué has comido hoy y cosas así. La verdad es que odio el teléfono, y no sólo porque no me interesa lo que come la gente, sino por su inoportunidad. He intentado poner un tono zen a mi móvil, pero ni por esas.
Comprendo su utilidad, claro, pero creo que nos estamos equivocando pensando que la comunicación telefónica sea saludable. Yo, a veces, tengo la tentación de decir basta. Que lleve un móvil en el bolsillo no significa que tenga la OBLIGACIÓN de "estar localizable" (uno de los males de nuestro tiempo). Hay gente que se cabrea si no le cojo el teléfono, no se plantean qué es lo que están interrumpiendo, sólo se molestan porque no descuelgo.
Hoy he tomado una decisión: lo corto. Sí, así, lo siento, hay momentos del día en que no quiero estar localizable, ¿y qué?, no creo que se hunda el mundo.
Por cierto, hoy he desayunado café, zumo y cuatro galletas.

2 comentarios:

  1. Pero las galletas no eran de All-bran está claro. Aunque últimamente yo corto el teléfono muy a menudo, será que me estoy haciendo mayor o que los all-bran tampoco me funcionan :)

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  2. Me ofende enormemente estar comiendo, tomando café o simplemente conversando con alguien y que de prioridad a una llamada de teléfono y me deje con la palabra en la boca. Eso antes no ocurría.
    Si eso me pasa en un lugar público, en una ventanilla de un banco, en Hacienda o similar, puedo montar un auténtico espectáculo.
    No soporto la mala educación y es en lo que nos hemos convertido con la portabilidad, en unos auténticos maleducados.
    No está mal el desayuno, mientras no sea sólo un café...

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